7/28/2015

Cultura de datos y el Restaurante de Chuchín

Chuchín con los príncipes en la Zarzuela
Chuchín con los príncipes en la Zarzuela


De Jesús María Salcedo (“Chuchín”) he aprendido muchas cosas sobre el oficio de la restauración y sobre la importancia de la comunicación efectiva.

Chuchín acumuló 60 años de experiencia en la profesión de restaurador  (¡empezó a trabajar con 7 años!!!). Está retirado ya. Pero ha sido un gran cocinero y sobre todo un maître excelente. Chuchín, que tenía un restaurante modesto en Pamplona (el “Rincón de Chuchín), llegó a ser invitado a la Zarzuela para ofrecer una cena a los entonces príncipes de Asturias. 

Chuchín, por si cabe alguna duda el más bajito de los tres en la foto ;), es el padre de mi ex (y por tanto mi ex suegro), es el abuelo amadísimo y amantísimo de mis hijos y una persona con un corazón que no le cabe en el pecho. 

De alguna manera, lo que pretendo con este Data Coaching no es otra cosa que un libro de recetas que ayudan a transformar la cultura datos dentro de las empresas.

DATA COACHING, ya lo dijimos, es una metodología que guía a las organizaciones en la implantación de procesos que conducen a descubrir valor en los datos, comunicarlos adecuadamente y actuar mejorando los resultados de la empresa.

Los data coach facilitan el desarrollo dentro de la organización de las competencias necesarias para recoger con fiabilidad e interpretar fuentes diversas de datos, generar hipótesis, hacer tests, encontrar las causas, comunicar adecuadamente los descubrimientos y mejorar los resultados. Es decir, enseña a analizar datos, comunicar y actuar.

Hay mucho de alfabetización de datos y de comunicación en el Data Coaching. Ahí es donde Chuchín ha sido un gran maestro.

Además a Gema Mora le debo la afortunada alegoría del restaurante para explicar el trabajo de un analista. Cuando escuchas a Gema, con su estilo tan apasionado, a la vez que  didáctico y ameno, te captura y te inspira. Gracias Gema. 

1. Datos de calidad, fiables y la compra en el mercado  
Lego-imagen de un mercado
Fuente: https://ideas.lego.com/projects/91223

La calidad de los datos es tan importante como la calidad de los ingredientes que usamos en la cocina.

Para Chuchín, el 80% del éxito de su restaurante era asegurar que compraba alimentos de calidad. En sus propias palabras “comprar buen género”.

Conseguir datos de calidad, limpios y fiables es el primer paso para ganar la confianza de una organización en la cultura de datos. Y no es un trabajo nada fácil.

Porque lo que nos encontramos demasiado a menudo es empresas donde este proceso de depuración de datos no ha llegado al nivel adecuado y las reuniones de presentación de análisis descarrilan por falta de confianza de la audiencia en las fuentes que se presentan y las dudas sobre la validez de esos datos.

Lección 1: No empecemos a cocinar sin antes disponer de datos de calidad, limpios y fiables. 

2. Alineación con la estrategia y las comandas

Lego-Toma del pedido en un restaurante
Fuente: http://www.demartina.com/lego/10243-restaurante-parisino-p-10397.html
  
La magia de Chuchín comenzaba a desplegarse en el momento en el que se acercaba a la mesa a charlar con los clientes para recoger los pedidos.

Chuchín preguntaba, escuchaba, educaba y recomendaba. Sobre todo porque en el Rincón de Chuchín nunca había una carta impresa. Demasiado desperdicio. El pedido se construía dialogando con los clientes: ¿Qué habían pensado en comer? ¿Qué tipo de vino preferían? “Tenemos una lubina fresquísima, de 4 kilos, pescada ayer en Orio, unas alcachofas buenísimas, de Tudela. ¿O igual preferís unas carrilleras? Ni qué decir tiene que Chuchín participaba activamente en la configuración de las decisiones de los clientes para que se acercaran hacia lo que aquel día podía ofrecerles.

Y ahí comenzaba el proceso de alfabetización permanente. Siempre nos enseñaba algo importante sobre vinos, verduras (según los entendidos, la mejor verdura de Pamplona y es que Chuchín es medio tudelano), carnes (carrilleras o caza eran uno de los fijos) o pescados frescos.


Lección 2: los responsables de negocio y los “chefs” de datos tienen que dialogar y colaborar para entender las necesidades y las limitaciones del negocio. La alfabetización de datos es imprescindible para enriquecer el diálogo que construye valor.


3. Lo antes posible un plato sobre la mesa, rápido y sabroso. Quick Wins.

Lego- Cliente comienza a comer un plato en el restaurante
Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=c8IOZ7uCKEg

Algo que diferenciaba al Rincón de Chuchín, de otros restaurantes, es que el servicio de platos mantenía una cadencia óptima. En palabras de Chuchín, “hay que tenerlos siempre ocupados, que no se aburran”. A los dos minutos de sentarse a la mesa uno tenía el vino elegido (nueva presentación de producto con buenas lecciones), y un aperitivo compuesto de un plato de ensaladilla rusa simple, riquísima y adictiva (sin patata, ni menos aún zanahoria  o guisantes –“un grave error”--, sólo con bonito de altísima calidad, huevos, mayonesa y aceitunas), junto con un plato de croquetas de gran tamaño y sabrosísimas.

El resto de los platos se servían también a buen ritmo. La experiencia en ese sentido, era extraordinaria.

Lección 3: La cultura de datos necesita también de sus Quick Wins (“éxitos inmediatos”). Y tienen que ser las dos cosas: Quick (rápidos, como la ensaladilla sobre la mesa) y Wins (proyectos de éxito seguro). Ya tendremos tiempo de ir experimentando y arriesgando más adelante, cuando hayamos conseguido los primeros éxitos y la confianza de la organización.

4. La cocina analítica

Lego. Imagen de un cocinero en la cocina preparando un pescado
Fuente: http://homehdwallpaper.biz/lego-restaurant-kitchen/
  
Es el momento clave. Es necesario transformar la materia prima en platos nutritivos y sabrosos.

Tenemos los datos de calidad (materia prima), conocemos la estrategia (el diálogo de la toma del pedido),  es el momento de extraer valor de los datos, de encontrar los “insights” que van a llevar a la acción que mejorará los resultados

Lección 4: De nuestra cocina de datos hay que sacar platos elaborados: insights, acciones e incluso cifras que anticipan el impacto de las acciones que sugerimos.

5. El emplatado: la presentación de datos

Lego - Plato con dos huevos fritos
Fuente: http://www.fastcoexist.com/multisite_files/coexist/imagecache/960/article_feature/1280-global-innovation-awards.jpg

Antes de llevar el pedido a la mesa, tenemos que presentar de forma armoniosa lo que hemos cocinado. En cocina se le llama “emplatado”. Consejo de Chuchín: raciones generosas en platos amplios y planos, donde la comida respire.

En la cultura de datos también tenemos que tener la habilidad de hacer una presentación visual atractiva  de los datos, que resulte fácil de entender.

Lección 5: el valor de los datos hay que hacerlo comprensible con presentaciones visuales fáciles de entender.

6. Sirviendo el plato: el arte de comunicar los datos

Lego- Restaurante con clientes
Fuente: http://lego.wikia.com/wiki/10243_Parisian_Restaurant

Este es otro de los entornos donde Chuchín brillaba como nadie y nos enseña una gran lección. El plato sabroso y con una presentación excelente lo acompañaba Chuchín de una explicación tan eficiente sobre su origen, la forma en la que se cocina, las salsas que ha empleado, o alguna anécdota sobre su familia de Tudela o su larga historia en el mundo de la restauración, que te permitía disfrutar el plato con todos los sentidos: con la vista, el olfato y hasta con la imaginación.

Lección 6: La presentación de los datos es el momento clave y deber ir acompañada de una buena historia que colabore a llevar a la acción y a conseguir resultados. Este momento clave de la presentación de datos es, por supuesto, una nueva oportunidad de seguir alfabetizando a la organización.

Los clientes adoraban por igual lo que se cocinaba en el Rincón de Chuchín y a la extraordinaria persona que llevaba esa experiencia a una dimensión superior.

El negocio de la restauración, lo mismo que la cultura de datos tiene mucho de alfabetización y de comunicación. ¡Qué gran maestro ha sido Jesús María Salcedo, Chuchín!